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Bolivia es el centro de origen de la papa. La diversidad genética de papa es tan alta en este país, que dentro de un Ayllu se puede encontrar hasta 70 variedades de papas entre amargas, semi amargas y dulces, lo que asegura la alimentación de las familias campesinas.
Estudios recientes han demostrado que existen 235 especies de papas, entre silvestres y cultivadas; anteriormente la ciencia sólo reconocía 6 especies cultivadas y el Centro Internacional de la Papa 9 especies cultivadas. Lo cual indica que aun se deben hacer muchos estudios sobre la diversidad de la papa en este país.
El problema con la introducción de papa transgénica en esta región es que existe un alto riesgo de contaminación genética hacia estas variedades tradicionales, produciendo serios impactos en la biodiversidad como la erosión genética, desaparición de algunas variedades por deriva genética y el advenimiento de super-malezas.
La contaminación genética puede producirse por métodos naturales de polinización cruzada, pero también por las prácticas tradicionales existentes en la zona de intercambiar semillas entre campesinos. De este intercambio surgen la gran diversidad de papa y el dinamismo de este cultivo.
La presencia de parientes silvestres en todo la región andina boliviana es muy alta. La contaminación desde las papas transgénicas hacia los parientes silvestres puede generar la aparición de supera malezas dotadas de características de resistencia adquiridas en el proceso de transformación genética.
Se desea introducir un carácter de resistencia a nemátodos por lo que la característica introducida debe funcionar a nivel de las raíces de la papa. La presencia de esta característica puede afectar a otros microinvertebrados del suelo. Muchos de estos microinvertebrados juegan un rol fundamental en el ciclo de nutrientes y por lo tanto en la salud del suelo. Por otro lado, estos sirven de alimento para organismos más grandes como sapos, aves, etc. La desaparición de estos microinvertebrados puede generar un impacto ecológico en cascada afectando a toda la cadena trófica a la que pertenecen.
Hay un riesgo de transferencia horizontal de los genes introducidos, que por su misma naturaleza son altamente inestables y con mayor capacidad de recombinarse con otros organismos alejados fitogenéticamente. Esto quiere decir que las características introducidas en el cultivo transgénico (toxina que mata al nemátodo, el gen promotor y otros) pueden pasar por la red trófica o recombinarse con otros organismos presentes en el ecosistema, sobre todo microorganismos.
Uno de los riesgos más grande de transferencia horizontal constituye la presencia de marcadores genéticos de resistencia a antibióticos que pueden hacer que las poblaciones de microorganismos adquieran estas características, con efectos desconocidos e incontrolables a corto y largo plazo.
Durante los ensayos existe el riesgo de surgimiento de nemátodos resistentes a la toxina introducida en la papa, que se convertirán en «super-plagas», imposibles de controlar. Este fenómeno ya ha sido observado en algunos lepidópteros en los Estados Unidos luego de estar en contacto con el maíz Bt.
La gran riqueza genética de papa en Bolivia puede aportar al desarrollo de nuevas variedades para enfrentar problemas propios de este cultivo como es la resistencia a nemátodos. Es decir, la riqueza genética de papa existente en Bolivia no justifica el que se utilice técnicas como la ingeniería genética en la que se introduce genes de girasol y arroz, cuando aún no se ha estudiado las potencialidades de las variedades existentes en el país. La ventaja de hacer estudios con las variedades propias y utilizando métodos tradicionales es que tendremos como resultado variedades que pueden ser usadas y manejadas fácilmente por los campesinos y agricultores.
FOBOMADE
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¡NO HABRAN PRUEBAS
CON PAPA TRANSGENICAS!
Este 5 de junio del 2000, Día del Medio Ambiente, no habría ningún motivo que celebrar, pues encuentra a Bolivia sumida en una serie de desastres ambientales que ahondan aún más las diferencias en la calidad de vida de sus habitantes.
Sin embargo, justamente para hoy la Fundación PROIMPA, depositaria de la investigación agrícola realizada durante muchos años por las instituciones gubernamentales dedicadas al cultivo de papa, ha decidido dejar sin efecto su solicitud de realizar pruebas de campo con semilla de papa transgénica.
Destacamos la decisión tomada por los directivos de la Fundación, porque ello significa que las preocupaciones manifestadas por los productores y ambientalistas en las diferentes ciudades de Bolivia (Sucre, Cochabamba, La Paz…) han sido tomadas en cuenta, aunque sigan siendo obviadas por la Dirección General de Biodiversidad, entidad estatal encargada de velar por los recursos genéticos y la bioseguridad en Bolivia.
Asimismo, destacamos que, en esta ocasión, el principio de precaución, principio elemental de la gestión ambiental, establecido en la Convención de Biodiversidad en Río 92, haya prevalecido por la voluntad de sus principales actores. Ojalá que el gobierno siga este ejemplo para las solicitudes de introducción de soya y algodón transgénicos de la transnacional Monsanto y asuma de una vez por todas como posición nacional la moratoria a la introducción de transgénicos en Bolivia.
Alentamos a los ambientalistas y ecologistas a seguir trabajando por que los recursos naturales del país sean utilizados bajo principios de sostenibilidad y equidad por sus pobladores, velando por la administración transparente de la gestión ambiental.
Comunicado emitido por FOBOMADE.
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